En la novela, conocemos el mundo de Clarissa Dalloway a través de una serie de recuerdos y diálogos de los personajes principales (consigo mismos y con los personajes secundarios), que se producen en el corto espacio de un día, un miércoles de mediados de junio, después de la I Guerra Mundial. No hay narrador omnisciente ni una narración lineal sino descripciones omniscentes de caracteres y escenas. En eso parece heredera del Ulises de Joyce - al que varias veces he tratado de hincar el diente sin éxito. Resulta admirable y curiosa la manera en la que la autora realiza las transiciones entre el interior y el exterior.
viernes, 1 de abril de 2011
Mrs. Dalloway
En la novela, conocemos el mundo de Clarissa Dalloway a través de una serie de recuerdos y diálogos de los personajes principales (consigo mismos y con los personajes secundarios), que se producen en el corto espacio de un día, un miércoles de mediados de junio, después de la I Guerra Mundial. No hay narrador omnisciente ni una narración lineal sino descripciones omniscentes de caracteres y escenas. En eso parece heredera del Ulises de Joyce - al que varias veces he tratado de hincar el diente sin éxito. Resulta admirable y curiosa la manera en la que la autora realiza las transiciones entre el interior y el exterior.
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